domingo, 14 de junio de 2015

En busca de la Felicidad


Cada vez que me encuentro con alguien que hace tiempo que no veo tengo la misma respuesta  a la pregunta ¿Cómo estás? o ¿Cómo te va? La respuesta es la misma: más o menos o un “bien” entrecortado, entre vergonzoso  y cabizbajo. Y es que en el fondo, parece que una maldición divina esta preparada si se nos ocurre decir que nos va de perlas, que somos felices o que nos va bastante bien.  Lo increíble es que paradójicamente todos los medios constantemente proyectan la idea de una cierta obligatoriedad de ser felices.

Lo primero que me llama la atención es la explosión de la literatura y la investigación que acompaña a la ciencia de la felicidad, sólo tienes que acercarte a la librería o mirar por Internet para ver que encontrarás una serie de libros sobre cómo encontrar esa felicidad, como convertirse en más feliz. Un escalofrío recorrer mi cuerpo no tengo claro si es pare entrar en la “secta felicidad”  o una campaña “marketinera” más que una preocupación real por el bienestar psicológico del prójimo.

Pensando en alto me he preguntado sobre la felicidad, como ser felices, donde reside tan preciado tesoro y algunas preguntas más alrededor de este complejo concepto.

¿Y qué es la felicidad?

Existen tantas definiciones de la felicidad como libros y recursos que hablan de ella. Es más yo diría que cada tiene su propia definición.  La que nos  ofrece el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua es:

1. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.
 2. Satisfacción, gusto, contento.
 3. Suerte feliz.

Lo curioso es que la RAE ha enmendado esta definición recientemente y en el avance de la vigésimotercera edición, aparece la siguiente:

1. Estado de grata satisfacción espiritual y física.
 2. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz.
 3. Ausencia de inconvenientes o tropiezos.

Se ha producido por lo tanto en la primera acepción una migración del concepto de felicidad puramente material, basada en la posesión de un bien, a un concepto mixto, formado por una satisfacción espiritual y física.
¿Habrán sido abducidos por esta secta? O es que se han dado cuenta de que el concepto va más allá de la posesión. Y es que parece que nos vamos centrando más es un concepto más de bienestar psicológico.

¿La felicidad viene de serie?

Me pregunto si nacemos con ella, como cuando compras un coche, vamos si viene de serie. Según los últimos estudios en este campo (Sonja Lyubomirsky toda una experta en este tema)  no acercan unos datos reveladores sobre la felicidad de las personas.
·       De serie el 50% de nuestra felicidad viene ya  definido por los genes. La profesora Lyubomirsky dice que algunas personas están programadas genéticamente para ser más felices que otras. Cada uno de nosotros nace con un “punto fijo de felicidad”. Es decir, el punto fijo de felicidad es el punto estable en torno al cual varía el estado de ánimo de una persona.  
·       Un insignificante 10% de nuestra felicidad depende de las circunstancias de nuestra vida: tener un determinado estado civil, salud, nivel socioeconómico, un buen trabajo… Aunque resulte paradójico, todos los datos señalan que las circunstancias vitales sólo determinan un 10% de nuestra felicidad. Sin embargo, es ahí donde todos ponemos mayores esfuerzos en conseguir cambios porque creemos que es donde reside nuestra felicidad.

·       El resto   40% lo dejamos a la inteción, es decir a lo que hago y lo que puedo hacer. Sobre este 40% sí podemos actuar. Y por tanto, la ciencia nos dice que sí tenemos en nuestras manos la capacidad de ser más felices. Depende de nuestro compromiso y determinación. De nuestras acciones deliberadas.

La felicidad esta en nuestra actitud, en ese quehacer diario más que en las circunstancias que nos han tocado vivir.


Claves de la felicidad (Organización Action for Happiness)

Las diez claves de la felicidad fueron desarrolladas por la organización Action for Happiness en base a las investigaciones realizadas sobre aquellos comportamientos o acciones que pueden realizar las personas para aumentar su bienestar y felicidad.

1.     Hacer cosas por los demás. La generosidad está unida al centro de recompensa de nuestro cerebro, de manea que ofrecer a los demás nuestra ayuda, tiempo o energía también aumenta nuestro propio bienestar, ya se trate de familiares, amigos, compañeros  o extraños.
Las investigaciones han demostrado que ayudar a los demás aumenta la felicidad y la satisfacción en la vida, proporciona una sensación de significado, aumenta los sentimientos de competencia, mejora el estado de ánimo y reduce el estrés. Así mismo, nos ayuda a conectar con los demás y a satisfacer nuestra necesidad básica de relacionarnos con los demás.
Además, ser amables y preocuparnos por los demás parece ser contagioso, ya que cuando vemos a alguien ser amable o cuando los demás son amables con nosotros, tenemos más probabilidades de serlo también con los demás.
2.      Relacionarse con los demás. Las personas que tienen sólidas y variadas relaciones con otras personas son más felices, más sanas y viven más. Las relaciones cercanas con los demás dan sentido a nuestras vidas, nos aportan amor y apoyo y aumentan nuestra autoestima. La relación con un grupo amplio nos aporta también una sensación de pertenencia. Pero lo más importante no es tener muchas relaciones, sino tener relaciones de calidad, que nos hagan sentir bien y nos ayuden a experimentar emociones positivas, sentirnos comprendidos y apoyados y compartir experiencias y actividades que enriquezcan nuestras vidas.
3.   Hacer ejercicio. Dado que la mente y el cuerpo están conectados, no es extraño que mantenernos activos nos ayude a sentirnos mejor. El ejercicio puede mejorar el estado de ánimo de inmediato, ayudarnos a salir de una depresión y aumentar nuestra vitalidad y 
4. Ser consciente del mundo a tu alrededor. Si te detienes a mirar a tu alrededor, puedes descubrir que hay un mundo mucho más amplio del que creías justo a tu lado. El mindfulness consiste en experimentar plenamente lo que está ahí, de manera consciente, intencional y sin juzgar. Implica ser más consciente de lo que llega a ti a través de tus cinco sentidos, observándolo todo sin juzgarlo. Hagas lo que hagas, ya sea ir caminando al trabajo, comer o cuidar de una planta, si lo haces con mindfulness lo estás haciendo con tus cinco sentidos, dejando que esa tarea te absorba y mantenga tu atención sumergida en el instante presente. Así, el mindfulness te ayuda a conectar contigo mismo y tus sentimientos en el presente y dejar de dar vueltas al pasado o a las preocupaciones, además de enriquecer tu día a día.
5.     Aprender cosas nuevas. El aprendizaje de cosas nuevas aumenta nuestra felicidad porque nos expone a ideas nuevas, nos mantiene ocupados y absortos en algo que nos interesa, y aumenta nuestra sensación de competencia y logro y nuestra autoestima. Aprender algo nuevo no necesariamente implica ir a clase o hacer un cursillo. Puedes aprender por tu cuenta, unirte a algún club, practicar algún deporte, etc.
6.      Tener metas. Tener metas y objetivos que alcanzar nos hace sentir bien acerca del futuro. Las metas deben ser realistas y alcanzables, con cierto grado de dificultad para motivarnos pero no tan complicadas como para resultar imposibles. Las metas aportan una sensación de dirección a nuestras vidas y, al alcanzarlas, nos dan una sensación de logro y éxito, nos ayudan a hacer realidad nuestros sueños y mejorar nuestras vidas y nos aportan una sensación de significado y propósito.
7.     Resiliencia. Tarde o temprano, a todos nos llegan las malas rachas: el estrés, las pérdidas importantes, los fracasos, los golpes de la vida… A menudo, no podemos evitar que suceda, pero sí podemos intentar decidir cómo vamos a actuar ante esos reveses. La resiliencia hace referencia a la capacidad para afrontar la adversidad y superarla sin dejar que nos hunda o nos dañe. La resiliencia es algo que se puede aprender y un modo de hacerlo consiste en cambiar nuestro modo de pensar acerca de la adversidad y nuestro modo de relacionarnos con ella:
8.     Emociones positivasLas emociones positivas, como la gratitud, la alegría, la inspiración, etc., cuando se experimentan de manera habitual, nos ayudan no solo a sentirnos mejor sino también a tener más recursos. Sin dejar de ser realistas, podemos optar por centrarnos en los aspectos positivos de una situación. Las emociones positivas nos ayudan a ampliar nuestras percepciones, a ver más de lo que hay a nuestro alrededor, responder mejor ante las exigencias de la vida, ser más creativos, afrontar mejor las dificultades, interesarnos por aprender cosas nuevas y estar más abiertos ante las nuevas ideas. Así mismo, nos ayuda a sentirnos más cerca de los demás y confiar más en ellos, lo que mejora nuestras relaciones con otras personas. “El miedo cierra nuestras mentes y nuestros corazones, mientras que las emociones positivas abren literalmente nuestras mentes y nuestros corazones. Realmente cambian nuestra forma de pensar y nuestra bioquímica”, (Dra. Barbara Fredrickson, Universidad de Carolina del Norte).
9.     Autoaceptación. Si te centras siempre en tus defectos, te desprecias a menudo o no te gustas como eres, difícilmente te vas a sentir feliz. Por este motivo, aprender a aceptarnos tal y como somos y ser mables con nosotros mismos incluso cuando cometemos errores, aumenta nuestro bienestar, satisfacción y resiliencia. Además, nos ayuda también a aceptar a los demás tal y como son.
10.   Significado/Propósito. Las personas que piensan que sus vidas tienen un significado o un propósito son más felices y tienen una mayor sensación de control. Además, experimentan menos ansiedad, estrés o depresión. Cada persona encuentra significado y propósito de un modo diferente. Algunos lo encuentran en un trabajo vocacional, otros en la maternidad o paternidad, otros en las creencias religiosas, etc. Lo que todos tienen en común es que les aporta una sensación de pertenencia a algo más grande que ellos mismos que ayuda a las personas a responder a la pregunta de por qué estamos aquí o qué sentido tienen nuestras vidas. Ofrece también una guía sobre cómo vivir nuestras vidas o qué metas perseguir, aporta sentido a las cosas que nos suceden y nos ayuda a afrontar los tiempos difíciles.

Para terminar se me ocurre que piensen : 
De 0 a 10, ¿cuál dirías que es tu punto fijo de felicidad? Y de lo que hemos visto hoy ¿Cuáles de las estrategias planteadas quieres llevar a cabo a partir de hoy para incrementar tu felicidad?

Como dice esa canción de Serrat que tanto me gusta…Hoy puede ser un gran día y un feliz verano.


Puedes encontrar más recursos en la siguiente entrada

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